Villafranca a O Cebreiro (28/04/07)

28-04-07 - O Cebreiro - 20:45h
Ganó el Cielo.
Anoche sufrimos la cogorza de un holandés que dormía bajo la cama de Dori, que no pudo dormirse hasta la una entre efluvios de alcohol, monólogos y autogolpes del holandés.

Y a las 6:30, arriba.

Así que Dori se ha sevantado echando pestes del susodicho y de los albergues, por lo que a las 7:30 estabamos en camino preparados para encarar la temida subida a O Cebreiro.

Nos hemos encontrado pocos caminantes, y despues de cruzar Pereje, Trabadelo y A Portela, hemos llegado a Vega de Valcarcel, donde hemos almorzado en la Panadería que hay a la entrada.

El almuerzo, fenomenal, nos ha devuelto las fuerzas que nos iban a hacer falta poco despues, pues ahí comenzaba la temida subida a O Cebreiro, pasando por La Faba.

He descuidado un desvío, de lo que me he dado cuenta subidos 300 metros, pero las fuerzas no sobraban y Dori ha encarado la subida por carretera pasado Ferreiros y se negaba a corregir. Suerte que una mujer nos ha indicado un camino de bajada que nos devolvía al Camino.


La bajada ha sido criminal y ya en el Camino, de subida a La Faba, hemos comenzado a desencajarnos. La subida no terminaba nunca y cada vez era más pedregosa. Verdaderos escalones de piedras cada vez más gruesas, con barro y agua entre ellas, comenzaron a dar paso a mierda y orin de vaca, a los que nuestros pasos por perderles el asco.

Tras más de media hora de subida, llegamos a La Faba, donde yo solo me acerqué a sellar las credenciales antes de volver al camino a O Cebreiro.


Los sofocos fueron en aumento.

Las distancias entre nosotros cada vez más largas.

Los silencios más presentes.

Pero en contra, el paisaje fue ganando en belleza.


Poco antes de O Cebreiro entramos en Galicia (ver foto), y a la llegada, teníamos decidido buscar un alojamiento algo más decente despues de la mala noche de Dori.

A nuestra llegada, atravesamos la aldea buscando habitación, pero las esperanzas de encontrarla fueron cayendo. Finalmente, pudimos encontrar habitación en una casa rural justo antes de llegar al Albergue, última opción (suerte que la encontramos, pues el albergue estaba cerrado por reforma y habían "habilitado" unos frios y pulgosos barracones para los peregrinos).

Habitación triple?

No: Dos más uno.

Me explico.

Cama de matrimonio y cama de cuerpo y medio.

El reparto se prometía difícil. Que si Joans era el mayor, que si Dori roncaba, que si yo buscaba la pierna del compañero inconscientemente, que si Joans hacía el trenecito...

Al final, Joans y yo compartimos la de matrimonio, aunque parecíamos estar reñidos, pues durante la noche, entre nosotros dos, hubo distancia suficiente para que tambien se hubiese acostado Dori.

En fin.. pero hasta entonces estuvimos de risas en la habitación, salimos a comer-merendar-cenar en el restaurante de enfrente y pudimos disfrutar del Caldo de Puchero, de huevos con chorizo y del queso de O Cebreiro con miel.

Creíamos haber comido como bestias, pero las dueñas acabaron por sentarse a comer junto a nosotros y alucinamos con su saque: si a nosotros nos dieron el Caldo del Puchero, ellas se comieron todo lo que utilizaron para hacerlo. El cerdo estaba todito despiezado sobre una fuente a la que acabamos por verle el fondo.

Y después, caldo. Y después, se sacaron un queso y pan y comenzaron venga el taje, venga el taje, y nosotros calladitos.

Mientras, disfrutamos de una queimada que preparó un grupo de gallegos que coincidieron allí de turismo.


Despues, una vueltecita por O Cebreiro, visita a la Iglesia de Santa Maria Real, unas compras y a descansar hasta las 10, hora del partido entre el Valencia y el Recre, del que disfrutamos en una especie de pub, donde nos hicimos un colacao y unas madalenas antes de volver a la cama (cerca de las 12 de la noche).

Mañana veremos quién nos despierta a las 7.

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