De Portomarín a Palas de Rei (01-05-07)


Nos levantamos a las 7:00.

Pensión Arenas.

Recogemos nuestras mochilas y bajamos a desayunar, donde coincidimos con las catalanas, que casualmente han parado a desayunar en la cafeteria de la pensión, que se encuentra frente a la Iglesia de Portomarín. Nos despedimos de ellas y arrancamos el tramo más aburrido de nuestro camino.
8 de la mañana.
Y lo hemos hecho volviendo a cruzar el Miño y encarando una subida prolongada y aburrida al Monte de San Roque que nos ha servido para calentar, rodeados de casteños y carballos y luego de eucaliptos y campos de cereal. Atras quedaron las masas arboladas de la ribera del Miño y hoy nos ha acompañado el asfalto, apareciendo y desapareciendo a lo largo de todo el trayecto, atravesando Gonzar y Hospital da Cruz, hasta separarse de él a partir de la localidad de Ventas de Narón, donde hemos almorzado -servicio muy lento y pobre-, justo a la mitad de nuestra etapa.

Han comenzado a verse muchos más peregrinos por ser Sarria el pueblo más próximo a Santiago a partir del cual se puede obtener la Compostela. Por si pudiera parecernos relajada, la lluvia ha aparecido apenas recorridos unos kilómetros y no nos ha abandonado hasta la llegada a Palas.

El camino, una vez separados de la carretera, y alcanzado Ligonde, comienza a hacerse más variado, cruzando aldeas como Airexe, Portos, Lestedo u Os Valos, hasta encontrarnos de nuevo con la carretera acompañandonos a nuestra derecha.

Aunque teníamos pensado intercalar algun albergue, hemos llegado al almuerzo bastante tocados, y la lluvia que nos esperaba fuera han hecho desistir del albergue, al menos para hoy, y he reservado habitación triple en la Pensión Ponterroxan, a 800 metros a la salida de Palas, en el mismo camino. Hubiera sido preferible algo más próximo a Palas, pero con la lluvia presente no hubieramos podido "disfrutarla" (es bastante anodina) de cualquier forma.

A la llegada a la pensión, nos esperaba una habitación de lo más kitsch: las cortinas de la habitación llevaban volantes por todas partes, estampadas de flores, como lo eran las colchas, sábanas y cortina de ducha; el radiador dorado, y el mobiliario sacado del "Cuéntame"; y para llegar a la habitación atravesamos cinco tramos de baldosas diferentes en una misma planta. Aquello parecía la exposición "la ceramica en los últimos 40 años".
A medio camino entre el "Cuéntame" y una película de Almodóvar, nos duchamos y bajamos a comer a las cuatro de la tarde, donde nos ofrecieron (lo típico) lentejas o caldo gallego de primero y ternera con patatas para después.

Disfrutamos como ningun dia de la comida y volvimos a la habitación, donde nos relajamos y mientras dormíamos Dori y yo, Joans repasó la etapa del próximo dia. Mientras, afuera, no paró de llover.
Al despertar, cuatro risas sobre los ronquidos de uno y otro y bajamos a ver el partido de Champions entre Liverpool y Chelsea. Y lo vimos en una zona de sofas de skay, cada uno de un color diferente, como si estuviesemos en el reservado de la Disco Siroco, mientras nos prepararon una cena ligera a base de tostadas con jamon y tomate y zumo y cafe.

A las doce menos cuarto, con Liverpool en la final por penalties, nos subimos a la habitación hasta el próximo dia.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Mucho criticar,el hostal,pero yo estuve en Valencia y ahi si q no me dejaron ganas de volver!!todo seco,gente prepotente y vistas anodinas,casi todo lo que vi era muy kitsch,casi tanto como sus habitantes

Anónimo dijo...

hola a todos los peregrinos,o con pretensiones de serlo:DEcirles que mi familia y yo estuvimos tb en el hostal ponterroxán,y comimos de maravilla,el trato fue inmejorable,y las habitaciones modestas,pero muy trankilas.ADemas el precio es excelente,casi tanto como su caldo gallego!!no olvideis probar la tarta de almendra de portomarín!!!esta rikísima.
Un saludo a todos

Pepe Silvestre dijo...

(creo que "Anónimo" es la recepcionista/dueña). Perdona por los comentarios. Se trata de la primera impresión que NOS llevamos. Del trato no tenemos ninguna queja.