Ayer jueves salimos a las 6 y media de Casinos, como estaba previsto, para tomar el AUTO-RES de las 8. En Valencia acudió Joans acompañado de mis padres mientras desayunabamos junto a la Estación.El viaje a Madrid fue cómodo, pero a medida que nos acercabamos el tiempo fue tomando peor color. Llegamos a las 12:30 y tuvimos un par de horas en Madrid, que aprovechamos para comer y buscar remedio a la segunda contrariedad del viaje: mi mochila tenía que reforzarse en un par de costuras urgentemente.
Y fue la segunda porque llegando a Valencia me dí cuenta de que no llevaba el DNI. Suerte que cogí el carnet de conducir por si acababa alguien de nosotros lisiado y teníamos que hacer uso de él.
El autobús a Ponferrada salió a las 14:30 y fue más cómodo si cabe que el de la mañana. Definitivamente el traslado a Ponferrada tiene como mejor opción la del bús, por lo económico, rápido y cómodo.
Llegamos a las 19 horas y con mal tiempo, aunque el mal tiempo no lo era como para replantearse salir o no. Había que salir al dia siguiente, aunque quizá mejorando la vestimenta un poco.
Así que despues de dejar el equipaje en el Hotel Temple Ponferrada (4 estrellas mal merecidas), corrimos a comprar unos pantalones impermeables para cada uno. Pero mis zapatillas, empapadas, pedían a gritos un repuesto para el camino. Así que despues de comprar unas nuevas impermeables guiado por Dori y Joans, nos dimos una vuelta por el Castillo de Ponferrada. 
La lluvia nos acompañó todo el tiempo, por lo que decididimos cenar y volver al hotel pronto, donde comenzamos a sincerarnos y a ganar en confianza (se comenzaron a oir los primeros pedos y eructos).
Mañana más.
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